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Los padres de la Iglesia (página 2)




Enviado por Agustin Fabra



Partes: 1, 2

Nació en el mismo año de San Basilio, en
el 329. Fue un alma contemplativa llevada, a pesar suyo, al campo
de la acción. Y un hombre estudioso y poeta que tanto por
su excelente doctrina y como por su elocuencia, mereció el
apelativo de teólogo. Proclamó
abiertamente la divinidad del Espíritu Santo y
trazó los primeros rasgos de la Cristología que
luego se desarrollaría en el siglo V. Su apasionado
discurso de despedida cuando tuvo que abandonar Constantinopla,
de la que era obispo desde el año 381, a causa de los
diversos bandos que dividían a su Iglesia, es muy famoso.
En sus poemas morales decía: "todo es inestable, para
que amemos las cosas estables
". Gregorio se retiró a
Nacianzo, en donde murió el 25 de enero del año 389
o 390.

San Juan Crisóstomo

Nació en Antioquía, probablemente en el
año 349. En sus años juveniles llevó una
vida monástica en su propia casa, y luego, cuando
murió su madre, se retiró al desierto en donde
estuvo durante 6 años. De allí fue llamado a la
ciudad y fue ordenado diácono y después de 5
años fue ordenado sacerdote, convirtiéndose en un
celoso colaborador en el gobierno de la Iglesia de
Antioquía.

La especialización pastoral de Juan era la
predicación, en la que sobresalía por sus
cualidades oratorias y su profunda cultura; de allí el
sobrenombre de Crisóstomo, que significa boca de
oro
, que le fue dado después por los bizantinos. Fue
llamado a suceder al patriarca Netario en la catedral de
Constantinopla. Emprendió inmediatamente una actividad
pastoral y organizativa que suscitó admiración y
desconcierto. Juan era un predicador insuperable, pero no era
diplomático y por eso no se cuidó de las intrigas
de la corte bizantina. Fue depuesto ilegalmente por un grupo de
obispos dirigidos por Teófilo, obispo de
Alejandría, y desterrado con la complicidad de la
emperatriz Eudosia Inmediatamente después fue llamado por
el emperador Arcadio, pero luego de dos meses fue nuevamente
desterrado. Durante este último viaje, el 14 de septiembre
del año 407, murió. De sus numerosos escritos se
tiene un pequeño volumen sobre el sacerdocio, que es una
obra clásica de la espiritualidad sacerdotal.

San Atanasio

Nació en Alejandría de Egipto en el
año 295, y es la figura más dramática y
desconcertante de la rica galería de los Padres de la
Iglesia. Empeñado en defender la doctrina ortodoxa durante
la gran crisis arriana, inmediatamente después del
concilio de Nicea pagó su heroica resistencia a la
herejía con cinco destierros decretados por los
emperadores Constantino, Constancio, Julián y
Valente.

Arrio, un sacerdote salido del seno de la iglesia de
Alejandría, amenazaba con atacar el corazón mismo
del cristianismo, y es por eso que San Atanasio dice: "si
Cristo no es Hijo de Dios y Él mismo no es Dios, ¿a
qué queda reducida la redención de la humanidad?".
"Si el Verbo de Dios no es Dios, igual en todo a su Padre,
¿cómo podrá divinizarnos
?". San
Atanasio en su primera obra, que es una apología contra
los paganos, esboza acerca de la Encarnación del Verbo las
grandes líneas de su Cristología: "El Verbo de
Dios se hizo hombre para que nosotros nos hagamos Dios
".
Aparte de escritos de circunstancias, como la Apología
a Constancio
, Apología contra los Arrianos,
Historia de los Arrianos para los Monjes, los decretos del
Concilio de Nicea, los Sínodos
y otras más, su
obra principal es un tratado en tres libros contra los Arrianos.
Hacia el fin de su vida diseña una teología del
Espíritu Santo en sus cuatro cartas a Serapión. Una
vida de San Antonio Abad y un tratado de la virginidad, hacen de
San Atanasio el doctor del ascetismo y un maestro de la
perfección cristiana. Murió en el año
373.

San Cirilo de
Jerusalén

Nació de padres cristianos en el año 315.
Tuvo alguna simpatía por los arrianos, pero se
separó de ellos muy pronto y se adhirió a los
semi-arrianos, a los cuales también abandonó
adhiriéndose a la doctrina ortodoxa de Nicea. Más
tarde combatió repetidas veces la doctrina de los
arrianos, hablando de este modo sobre la Trinidad: "Nuestra
esperanza está en el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. No predicamos tres Dioses. No admitimos en la Trinidad ni
confusión, ni separación como lo hacen otros
".
Estas últimas palabras son sin duda una alusión
evidente a los partidarios de Arrio. Por este motivo fue varias
veces desterrado, bajo los emperadores Constancio y Valente, y el
primer Concilio Ecuménico de Constantinopla, en el que
participó Cirilo, reconoció la legitimidad de su
episcopado. Las primeras incertidumbres de su pensamiento
teológico, demoraron en occidente el reconocimiento de su
santidad.

En efecto, su fiesta fue instituida sólo hasta
1882. El Papa León XIII le concedió el
título de Doctor de la Iglesia por las 24
Catequesis que Cirilo compuso probablemente a comienzos
de su episcopado y que él dirigía a los
catecúmenos que se preparaban para recibir los
sacramentos. De las primeras 19, trece están dedicadas a
la exposición general de la doctrina, y cinco, llamadas
mistagógicas, es decir, que iniciaban en el misterio de la
religión cristiana, están dedicadas al comentario
de los ritos sacramentales de la iniciación cristiana. Las
catequesis de San Cirilo las comunicaba a la comunidad cristiana
en los tres principales santuarios de Jerusalén, es decir,
en los mismos lugares de la redención, en los que,
según la expresión del predicador, no sólo
se escucha, sino que "se ve y se toca". San Cirilo de
Jerusalén dirigió su Iglesia desde el año
350 hasta su muerte, en el año 386.

San Cirilo de
Alejandría

Nació en el año 370, y desde el año
412 tuvo firmemente en sus manos las riendas de la Iglesia de
Egipto. Cierra gloriosamente la edad de oro de la literatura
Patrística en Oriente. Fue un fuerte adversario de
Nestorio, a quien hizo condenar en el Concilio que
presidió en Éfeso, y es el gran teólogo de
la Unión Hipostática.

Además de ser el defensor del Verbo encarnado y
de la maternidad divina de María, el título de
gloria para el obispo de Alejandría fue el haber elaborado
en esta ocasión una autentica y clara teología de
la Encarnación. Afirma que "el Emanuel tiene con
seguridad dos naturalezas: la Divina y la Humana. Pero el
Señor Jesús es uno, único verdadero hijo
natural de Dios, al mismo tiempo Dios y Hombre; no un Hombre
deificado, semejante a los que por gracia se hacen participes de
la divina naturaleza, sino Dios Verdadero, que por nuestra
salvación apareció en la forma humana
". De
particular interés ésta es la cuarta de las siete
homilías que pronunció durante el Concilio de
Éfeso.

En un importante ejemplo de predicación mariana,
que da comienzo a un rico florecimiento de la literatura en honor
de la Virgen, Cirilo celebra las grandezas divinas de la
misión de María, que es verdaderamente Madre de
Dios, por la parte que tuvo en la concepción y en el parto
de la humanidad del Verbo hecho carne. En efecto, además
de sus trabajos exclusivamente doctrinales, tenemos de él
156 homilías sobre San Lucas, de carácter pastoral
y práctico, y las más conocidas cartas pastorales,
que se encuentran en 29 Homilías pascuales. Murió
en el año 444.

San Juan Damasceno

Nació a mediados del siglo VII de una familia
árabe cristiana, y murió en el año 749. Es
considerado el último representante de la
patrología griega por sus obras monumentales, como La
fuente del conocimiento
. Su actividad literaria es
multiforme; pasa con autoridad de la poesía a la liturgia
y de la elocuencia a la filosofía y la
apologética.

En el período del emperador de Bizancio,
León XIII Isáurico inauguraba la política
iconoclasta; es decir, el destierro de todas las imágenes
sagradas, cuyo culto era considerado como un acto de
idolatría. Desde Jerusalén, bajo el dominio
árabe, se hizo oír una voz en favor del culto de
las imágenes, la del entonces desconocido monje Juan
Damasceno o de Damasco, que con sus tres discursos en favor de
las sagradas imágenes, impuso inmediatamente la
atención del mundo cristiano. El emperador, no pudiendo
atacar directamente al monje, recurrió vilmente a la
calumnia haciendo falsificar una carta de Juan en la que
éste supuestamente habría tramado una
conjuración para restituir al emperador
bizantino.

En esta disputa, Juan pudo demostrar toda su
preparación teológica puesta al servicio, no
sólo del patriarca de Jerusalén, sino de toda la
Iglesia. En efecto, el segundo Concilio de Nicea, en
reparación de las injurias recibidas por el defensor de la
ortodoxia, proclamó no sólo su ciencia, sino
también su santidad.

Los Padres
Occidentales o Latinos:
Biografías y aportes a la
Iglesia

A continuación se incluyen las breves
reseñas de los principales Padres Occidentales o Latinos:
San Hilario de Poitiers, San Ambrosio, San Jerónimo, San
Agustín, San León Magno, San Pedro
Crisólogo, San Gregorio Magno y San Isidoro de
Sevilla.

San Hilario de Poitiers

Nacido en el año 315, es llamado el Atanasio
de Occidente
. Luchó con igual ardor contra los
arrianos y resistió con firmeza al emperador Constancio.
Desterrado a Frigia durante 4 años, llegó a las
Galias (Francia), en donde se puso al corriente de la doctrina de
los Padres griegos, y compuso el De Trinate, que
defiende, con el testimonio de la Escritura, la divinidad y la
generación eterna del Verbo.

La obra Hilario ejercerá mucha influencia sobre
el De Trinate de San Agustín. Fue azotado
públicamente varias veces, y reanimó la fe de los
católicos débiles y vacilantes de Asia Menor. A su
regreso a las Galias, Hilario restauró allí la
ortodoxia. En su obra Exegética comenta a San
Mateo y los Salmos y explica los misterios del Antiguo
Testamento. Él afirmaba la unidad de la naturaleza divina,
así como la distinción personal del Padre y del
Hijo: "Lo que los hace diferentes es la relación de
origen, pues el Padre ha engendrado al Hijo sin
disminución de su ser, y el Hijo recibe en sí todo
del Padre, siendo totalmente igual a El
". San Hilario
murió en el año 368.

San Ambrosio

Nació en Tréveris, en el año 340.
Pertenecía a la nobleza romana y era gobernador de las
provincias del Norte de Italia. Sólo era un
catecúmeno cuando el pueblo de Milán lo
eligió como obispo por aclamación en año
374. Destacó no sólo como predicador y poeta, sino
como defensor intrépido de la fe. Su influencia fue
decisiva en la situación religiosa de su tiempo y dio el
golpe de gracia al paganismo agonizante. Promovió con
afán la piedad cristiana, luchó con denuedo contra
los arrianos, e impidió el restablecimiento de la
idolatría en el senado de Roma.

San Ambrosio contribuyó mucho a la
conversión de San Agustín. Dejó muchas
homilías y tratados, entre ellos el de la Virginidad, y
varios himnos que aún se cantan en la iglesia.
Murió en el año 397.

San Jerónimo

Nació en el año 343, y estudió las
letras humanas en Roma. Recorrió las Galias (Francia) y
Palestina, en donde trató con los doctores más
eruditos de los hebreos. Durante algún tiempo fijó
su residencia en Antioquía, en donde el obispo Paulino le
ordenó de sacerdote. De allí fue llamado a Roma por
el Papa San Dámaso y, por orden suya, preparó la
edición latina de la Biblia, a la que se llamó
la Vulgata, y que hasta hoy sirve de texto en la
Iglesia.

A la muerte del Papa, Jerónimo volvió a
Palestina donde continuó y concluyó la
versión latina de las Sagradas Escrituras en su monasterio
de Belén. Con sus vastos conocimientos en las lenguas
griega, caldea y hebrea, pudo como ninguno en su tiempo penetrar
el sentido de los textos sagrados. Además de la
Vulgata
, San Jerónimo dejó muchas y preciosas
obras dogmáticas e históricas y un gran
número de cartas importantísimas. Murió en
el año 420.

San Agustín

Nació en el año 354. Es considerado el
máximo Doctor de la Iglesia de aquellos tiempos.
Moldeó las doctrinas de la Iglesia de la Edad Media.
Vivió en el pecado y la herejía hasta la edad de 33
años. Se convirtió gracias las oraciones de su
madre, Santa Mónica, y a las exhortaciones de San
Ambrosio, el cual lo bautizó. Después de la muerte
de su incomparable madre, distribuyó sus bienes a los
pobres y se retiró a la soledad. Fue consagrado Obispo de
Hipona, en el Norte de África, a los 40 años. Es el
padre de los religiosos agustinos.

Incansable escritor, combatió sin tregua el
maniqueísmo, que enseñaba que existen dos
principios eternos: el bien y el mal, la luz y las tinieblas, en
lucha permanente. Luchó también contra el
donatismo, que enseñaba que la Iglesia no debe perdonar a
los pecadores, y que como católicos, solamente pueden ser
admitidos los que son totalmente puros. San Agustín fue
llamado el Doctor de la Gracia por sus luchas contra el
pelagianismo. Su obra más célebre es La Ciudad
de Dios
, que es la más excelente apología de
la antigüedad cristiana, y uno de los más profundos
ensayos de la filosofía de la historia. También es
muy reconocida su autobiografía, llamada Las
Confesiones
, en la que desnuda su alma con sinceridad y
candor.

En la sincera adhesión a la verdad cristiana y en
la multiforme actividad pastoral, encuentra la paz del
corazón que anhelaba su espíritu atormentado por
los afectos terrenos y por la sed de la verdad, como él
mismo afirma: "Nos has creado para ti, Señor, y
nuestro corazón está inquieto mientras no descanse
en ti
". Murió en el año 430.

San León Magno

Nació en Toscana a Finales del siglo IV. Es
recordado en los textos de historia por el prestigio moral y
político que demostró ante la amenaza de los hunos
de Atila y de los vándalos de Genserico. Habiendo sido
elegido Papa en el año 440, León, en sus
veintiún años de pontificado, llevó a cabo
la unidad de toda la Iglesia alrededor de su sede, impidiendo
usurpaciones de jurisdicción, arrancando de raíz
los abusos de poder y frenando las ambiciones del patriarcado
constantinopolitano y del vicariato de Arles. Sus ciento cuarenta
y una epístolas tratan importantes asuntos de disciplina y
fe. Sus señaladas victorias sobre los maniqueos, los
arrianos, los nestorianos, los monofisitas, los donatistas y los
novatianos, que iban en contra de la potestad de la Iglesia para
readmitir a los pecadores y perdonar los pecados mortales, dan
prueba de su celo.

De espíritu muy comprensivo y previsor, no se
detiene en los asuntos particulares de una cuestión
doctrinal y, sin embargo, participa activamente en la
elaboración dogmática del grave problema
teológico tratado en el Concilio ecuménico de
Calcedonia, pedido por el emperador de Oriente para condenar el
monofisismo, que negaba la naturaleza de Cristo. León fue
el primer Papa que recibió para la posteridad el
epíteto de Magno, es decir, el grande,
no sólo por sus cualidades literarias y la firmeza con la
que mantuvo en su vida ante el decadente imperio de Occidente,
sino por la solidez dogmática que demuestra en sus cartas,
en sus sermones y en las oraciones litúrgicas de la
época. El Papa San León Magno murió en el
año 461.

San Pedro Crisólogo

Nació en Imola en el año 380.
Mereció el apelativo de Crisólogo, es
decir, hombre de la palabra de oro, por ser el autor de
destacados sermones, ricos en doctrina. De él se conservan
176 homilías breves, de estilo popular y muy expresivo, en
las que explica el Evangelio y el Padre Nuestro, o muestra
ejemplos de santos para imitarlos y exaltar las virtudes del
verdadero cristiano. Elegido obispo de Rávena en el 424,
Pedro Crisólogo se mostró inmediatamente como un
buen pastor, prudente y sin ambigüedades doctrinales.
Escuchaba con igual condescendencia y caridad tanto a los
humildes como a los poderosos.

En el momento histórico en el que a los
desgarramientos del Imperio romano, dividido internamente y
atacado exteriormente por las migraciones bárbaras, se
unían las protestas de la iglesia de Constantinopla, que
pretendía el primado jerárquico, negando
naturalmente el de Roma, la respuesta del obispo de Rávena
es una clara profesión de fe. Murió en el
año 450.

San Gregorio Magno

Nació en el año 540. Se le ha llamado el
fundador de la Edad Media y es uno de los más grandes
pontífices de la Iglesia. Fue prefecto de su ciudad natal,
pero renunció a todos los honores del mundo para
consagrarse como monje al servicio de Dios. Fue aclamado Papa por
el pueblo, y su pontificado de 14 años fue uno de los que
más ha dejado huella en la historia de la Iglesia.
Trabajó activamente por la conversión de los
lombardos, que habían ocupado el norte de Italia, y
logró mantener la inestable paz entre los bizantinos,
dueños del centro y sur de la Península. Fue el
verdadero padre de Roma en las calamidades que padeció
esta ciudad.

Su obra litúrgica aún perdura, y dio gran
desarrollo al canto litúrgico llamado Gregoriano.
Murió en el año 604.

San Isidoro de Sevilla

Nació en el año 560. Es el último
de los padres latinos, y resume en sí todo el patrimonio
de adquisiciones doctrinales y culturales que la época de
los Padres de la Iglesia transmitió a los siglos futuros.
Se formó con la lectura de San Agustín y San
Gregorio Magno. Fue un escritor enciclopédico muy
leído en la Edad Media, sobre todo por sus obras
etimológicas, que constan de 20 libros de cultura
clásica y patrística.

Su principal preocupación como obispo fue la de
lograr una madurez cultural y moral del clero español.
Para esto fundó un colegio eclesiástico, prototipo
de los futuros seminarios. Fue autor de muchos libros que tratan
de todo saber humano, desde la agronomía hasta la
medicina, de la teología hasta la economía
doméstica. Fue el obispo más popular y autorizado
de su tiempo. Presidió el cuarto Concilio de Toledo en el
año 633, y murió en el año 636.

Conclusión

Después de este breve resumen, resulta
impresionante comprobar cómo los Santos Padres de
principios del cristianismo supieron fecundar con el mensaje
evangélico la cultura griega y latina. En algunos casos
fueron creadores de culturas, como en Armenia, en Etiopía
y en Siria, y sentaron las bases para la gran floración de
la época medieval, pues prepararon la inserción de
los pueblos germánicos en la raíz del evangelio,
pertenecientes a una tradición cultural completamente
diversa.

Si quisiéramos resumir las razones que nos
motivan a estudiar las obras de los Padres, podríamos
decir que ellos fueron, después de los apóstoles,
como dijo San Agustín, los sembradores, los regadores, los
constructores, los pastores y los alimentadores de la Iglesia,
que pudo crecer gracias a su acción vigilante e
incansable. Para que la Iglesia continúe creciendo es
indispensable conocer a fondo su doctrina y su obra, que se
distingue por ser al mismo tiempo pastoral y teológica,
catequética y cultural, espiritual y social, y se puede
denominar como única con respecto a cuanto ha sucedido en
otras épocas de la historia.

Monografias.com

 

 

Autor:

Agustin Fabra

 

Partes: 1, 2
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